Cuidar al cuidador y otros dolores profundos
Que pasa cuando el que nos sostiene necesita ser sostenido?
Que pasa cuando el que ha sido fuerte y ha contenido nuestras lágrimas de repente está de rodillas sin poder sostener las suyas?
Que pasa cuando el valor y la fortaleza son eclipsadas por la vulnerabilidad de aquel que parecía invencible?
A donde correrán mis brazos para guardarse cuando tengo miedo y el que me protegía de mis fantasmas está librando una batalla épica con los suyos?
El desamparo aparece como un verdugo,
La impotencia se acurruca encima de mi pecho y me impide respirar.
Tengo miedo pero no quiero ser inferior a mi fe y me convenzo de que a mi cuidador lo está cuidando el cuidador más experto de toda la existencia.
De rodillas veo el segundero correr, mi mente suplica, mi espíritu se somete, oro incesantemente y me aferro a la idea de que todo lo que Dios hace es perfecto, incluso este momento hace parte de su plan. Descanso en eso.
Acaricio la versión vulnerable de quien ha sido mi fuerte… pasó la yema de mis dedos imaginariamente por su frente y concilio con el reloj…
Esto pasando porque tiene que pasar- me digo a mí misma- siéntate en el banquillo, se una buena alumna también esta vez.
Asiento… y me siento
9:39 am
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Este amor es el tipo de amor que en este momento quisiera donarme para pasar el valle que estás pasando y dejarte ahí, recostado en tu sofá tranquilo mientras yo me enfrento con cocodrilos y leones.
Me donaría completa, sin dudarlo, recibiría cualquier oprobio, enfrentaría cualquier prueba con tal de que tú siguieras ahí… sereno recostado en tu sofá.
Me pregunto porque no es posible este cambalache, porque la vida no tiene una función en la que uno pueda intercambiar experiencias y librar así a quienes más amamos de vivirlas…
Pero luego me vuelvo a repetir – es que todo tiene un propósito, es que el plan es perfecto, es que no puedes donarte porque para ti vienen pruebas diferentes y de esta que es ajena, también tienes que aprender-
Tengo este tipo de amor por ti, este tipo de amor que quiere protegerte… y que en una sala de espera sabe que su única arma es la oración.
12:32 pm
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Cuando la guerra es larga y tortuosa, el alivio está en las pequeñas batallas ganadas.
Celebro con lágrimas que el primer round de esta jornada angustiante ha terminado.
De rodillas agradezco a Dios el susurro de su amor.
Entre el miedo y la fe ,suspiro.
4:18 pm
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¡La gloria es para Dios!
De rodillas ante ti alabo tu poder Dios mío.
Mi protector fue protegido,
Los Ángeles hicieron un pasillo para darle paso a la sanidad y tocaron sus trompetas mientras las manos sanadoras ungían y restauraban.
Espero del otro lado de la puerta ansiosa por ahora poder tocar tu frente y ya no imaginariamente y decirte que el propósito se ha cumplido y que en la vulnerabilidad logré encontrar un nuevo maestro.
Gloria y alabanza para Dios que un día más, una batalla más me sostuvo en sus brazos a mí y a mi tribu mientras atravesábamos la ruta del dolor y el desasosiego.
8:42 pm
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La prueba:
- creíste que habías coronado?
Yo:
- si, estoy celebrando
La prueba:
- espera, esto apenas comienza. Ponte cómoda que vamos a vivir el minuto a minuto… como debe ser.
Yo…. Me debato entre la obediencia y la rebelión. No sé si estoy lista para el segundo round.
Pero…. Acaso importo yo?
2 días más tarde 8:34 am
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Empecé pensando que qué pasa cuando el que los sostiene tiene que ser sostenido… pero en ese momento no tenía ni un asomo de conciencia de qué significaba realmente “sostener”.
Y es que aquí no se trata de sostener físicamente un cuerpo agotado, adolorido y debilitado sino de sostener un alma que se acuerda que era invencible y que depronto no tiene alientos para vencer.
Creo que el ego se retuerce aferrándose a la idea de que la mutación de lo que somos no obedece a tiempos, ni a planes sino a una historia que estaba escrita antes de que naciéramos:
“Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:
todo estaba ya escrito en tu libro;
todos mis días se estaban diseñando,
aunque no existía uno solo de ellos” Salmo 139:16
En obediencia soy espectadora, acompañante y soporte (aunque me cueste mantenerme firme a mi misma aporreada con tanta impotencia).
Anhelando secretamente que de un salto mi hombre de hierro se levante y con su prisa constante salga a trote por el pasillo.
Paso a paso, minuto a minuto…. Hasta que el propósito se cumpla, la lección se aprenda y Dios manifieste su poder.
Dia 3 9:58 pm
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El recorrido más extenuante, arduo, inestable y lodoso de mi vida lo he recorrido en los últimos días.
Mi héroe ha caído y cada que tambaleando se levanta para seguir, un ventarrón atroz lo vuelve a tumbar y como por inercia caemos todos al rededor. Nosotros nos ponemos de pie rápidamente y nos sacudimos las manos para ofrecértelas… pero no es suficiente , necesitas más que eso. Y nos mata la impotencia por no tener lo que necesita.
Hoy es el día 16 y el quirófano ya ha recibido a mi hombre fuerte 4 veces, hemos adoptado un nuevo léxico médico: “paro” “infección” “hemoglobina” “fístula” “saturación”… hemos sentido el terror del código lila… nos hemos arrodillado más veces de lo que lo habíamos hecho en toda la vida. Hemos gritado en medio del llanto, hemos aplaudido con una luz tenue que se asoma para darnos aliento , hemos hecho un inventario del personal médico y hemos descubierto la verdadera empatía y la verdadera frialdad humana.
Nos prendemos de Dios, de la virgen, oramos incesantemente, respondemos mensajes de aliento y de curiosidad varias veces al día.
Todo es tan confuso, todo es tan agotador, todo es tan desgarrador.
“Crítico” “delicado” “grave” son palabras que no queremos oír más.
Entonces volvemos al centro por unos instantes y recordamos que hay propósito, que Dios tiene el control, que nadie más es dueño de la vida que él, que la verdadera fe se prueba en este momento y que quiero ser obediente y sumisa ante el señor.
Beso su frente, canto en su oído, acaricio su brazo, le leo, me arrodilló junto a su camilla, abrazo a mi mamá y no sé cuál de las dos está sosteniéndose en la otra.
“Si fuera un globo y me estuvieran llenado de aire y el aire fuera el sufrimiento, yo ya me hubiera explotado” , le dije hoy al personal de apoyo que nos enviaron como protocolo a hacer acompañamiento.
Vuelvo a Dios… una y otra vez… me enderezo y le digo también una y otra vez… señor en ti confío. Señor en ti confío, señor en ti confío.
Quisiera decir que esta historia está por terminar pero en este punto como no tengo certeza de cómo será el final… prefiero esperar.
Día 16 – 9:37 pm