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Marcela Urrea
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Letras Para el Alma

47 cuadernos

En mi cuarto útil hay 47 cuadernos, agendas, libretas y dos paquetes de papelitos recortados llenos de letras, de historias, de cuentos, de poemas y de pedazos de mi vida dan testimonio de cómo las palabras me han salvado en más de una ocasión.

Desde que me acuerdo escribo. A los trece años amanecía sentada al lado de mi cama, apoyando en el colchón el cuaderno y dejando todo lo que sentía, imaginaba, me emocionaba, me cuestionaba, me dolía o visualizaba  en las palabras.

Escribía para depurar, para tener el mundo que soñaba entre renglones, escribía como escape y como paraíso ⭐️  siempre he encontrado en las palabras un mundo infinito que me complace recorrer.

Releer cada frase me presenta  el camino que he recorrido, me honra, me reta.

Las letras… las palabras… las frases y las historias que construyen toda una vida, que se apropian de vidas ajenas para descifrar lo qué pasa en ellas, que se conmueve y se mueve hacia donde una brújula imaginaria le indica que puede servir.

Por alguna razón que aún desconozco siento que si estás aquí es porque a ambos nos  gusta  ese olor a cuaderno nuevo, a borrador de nata recién desempacado, a renglones por escribir.

Pues… vamos por  eso porque como suelo repetirme en todos mis comienzos… «no tengo mucho para pedir; pero si TODO para dar”

En este lugar vas a encontrar ropa hecha con amor, palabras escritas con el alma y pedazos de una mujer que sueña que una de esas cosas te nutran el corazón.

¡Gracias por estar aquí!

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Letras Para el Alma

Buscar y encontrar son dos verbos muy diferentes

 

Buscar y encontrar son dos verbos muy diferentes, en uno hay vacío de algo y en el otro contemplación de algo.

Tengo una oración constante y es pedirle a Dios que me de la gracia de ENCONTRAR en todo el toque de sus manos, que me regale unos ojos y un alma en constante contemplación para descubrir lo que me está entregando en lo simple, ordinario y cotidiano.

Le pido a Dios la gracia de ver la vida a través de sus ojos y poderme descrestar con eso que se da por hecho, porque es ahí, en esos placeres diminutos que hay grandeza infinita  para el alma, donde hay plenitud y la certeza de que todo está pasando como debe pasar. Sin logros estruendosos, sin momentos épicos, sin aplausos ajenos… en la intimidad del día a día están ocurriendo cosas muy poderosas y verlas es todo lo que pido.

Ese es uno de mis logros este nuevo año de vida… me siento una espectadora privilegiada, tengo ante mis ojos cada día un espectáculo deslumbrante y me doy el lujo de saborearlo como el más potente manjar…. Las manos de mi abuelita con su camándula, Belén diciendo palabras mal dichas que me derrite, Maria dándome su amor de la manera más pura y genuina, Agustín descubriendo todo por primera vez, mis papás soltando carcajadas con mis niños, mi esposo dándome su mejor amor, mi hermana siendo mi mejor amiga…. Uffffff que bendecida soy….

Yo tengo mi alma y mi cuerpo sanitos, mi mente ávida de aprendizaje, mi imaginación a tope…

Y aunque no todo es color de rosa… si tengo bien puestos mis lentes para ver todo desde el propósito, con humildad, amor y serenidad.

Bendigo la mujer que soy y la que se sienta en el pupitre para aprender todo lo que le falta con disposición y gratitud.

¡Gracias Dios por estos 40 años de ser barro en tus manos!