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Marcela Urrea
Letras Para el Alma

Obra en construcción

Soy una convencida de que los seres humanos estamos permanentemente en trasformación, que consciente o inconscientemente nos estamos exponiendo a situaciones, contenido y aprendizajes que van haciendo de nuestro ser lo que en este instante es.

 

Soy exigente conmigo misma, SIEMPRE quiero encontrar una mejor versión de mi… Pero eso no garantiza que 24 horas al día y 7 días a la semana la encarne. Pienso que tratar de ser mejor no puede convertirse en un traje que te inmoviliza y te obliga a ser perfecto… porque eso, ya todos lo sabemos, es inviable.

 

Hace un tiempo pase por uno de esos momentos de acentuada imperfección, «Tu no eres así» «Me sorprende que hayas reaccionado de esa manera» “Así no se supone que reaccionaras tu»…

 

¿Y es que se supone que que tengo yo que debo ser infalible? ¿En qué momento perdí el permiso de equivocarme? ¿Quién dijo que el proceso de crecer tiene que ser impecable, permanente e inequívoco?…

¿Se han puesto a pensar lo pesado que puede ser, ser visto como una persona que siempre tiene la reacción y la respuesta correcta?

 

Ser un mejor ser humano y conseguir paz con la forma que actúas, vives, percibes la vida y te entregas a los demás no debe ser un doloroso camino, no debería ponerte en el ojo de una lupa para ser examinado con mayor rigor, debe ser un camino amable con los demás, pero sobre todo contigo mismo.

 

Debe ser compasivo con tus días de debilidad, debe ser realista para encontrar en el error una oportunidad, debe ser un susurro amoroso, nunca…. NUNCA un látigo que te lastime.

 

Nunca somos una obra terminada… siempre… siempre estamos en construcción.