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Marcela Urrea
Letras Para el Alma

En el crisol…

El Oro a veces se encuentra en el rio, entre tierra arena y lodo, con una batea, agua y movimiento empiezan a salir a la luz pepitas brillantes que apenas insinúan un tesoro.

Luego El Oro va directo al fuego a una temperatura de 1064 grados centígrados y es fundido, hecho líquido literalmente, ya no es pepitas confundidas con lodo, ahora es agua dorada que puede ser moldeada en cualquier cosa que la mente alcance a imaginar.

Expuesta a las manos correctas, expuesto a la temperatura correcta, con la intención correcta, ese pedazo deforme terminará siendo una joya que embellece, que ilumina y que da valor.

Así pasa con nosotros, los humanos… somos pequeños destellos enredados en lodo, de repente, la vida nos pone al fuego, Primero ardemos, estamos en el crisol al límite, confundidos y adoloridos y ahí es cuando somos realmente transformados y entonces resplandecemos.

El fuego no es cómodo, arde en las entrañas, pero al igual que El Oro , es ahí cuando las impurezas salen, es ahí cuando lo sublime ocurre…

Después del fuego El Oro pasa a una cuba con agua y se convierten en granalla, pepitas de oro que en su pureza son frágiles y maleables, claro, después de semejante experiencia… ¿cómo quedamos? ¡Transformados pero frágiles!, luego el experto (Dios) lo fusiona con otros metales como Plata, cobre o platino (fe, determinación, sabiduría) y da paso a una pieza que podrá ser una verdadera joya.

Esta prueba, por la que pasas ahora y parece apocalíptica, es en realidad el fuego en el que estás siendo modificado de la mejor manera, es la forma en que eres pulido para sacar de ti lo
Mejor. Por insoportable que parezca, puedes decidir transitarla como humildad y ansias de aprendizaje o padecerla como castigo… al
Final el fuego es el mismo, al final, tarde o temprano, de ti, el calor ardiente y las manos de Dios saldrá algo nuevo…

Anoche, sentí arder, lloré, abracé mi sentimiento y luego pensé… estoy en el Fuego, este es el
Punto máximo de calor que puedo soportar, es decir que este es mi oportunidad de máxima transformación y decido salir de ella hecha alguien mejor en alguno o todos los sentidos. No dolió menos, no incomodo menos… solo por decisión, entendí el Propósito pronto y el proceso tuvo más valor para mi.

Cuando todo pase… ya no seré lodo y tímido brillante sino que esa parte de mí será puro resplandor.

Letras Para el Alma

¿Qué le dirías a Dios si lo tuvieras en frente?

Imagino a Dios frente a mí, Apacible, amoroso, Expectante de lo que tengo para decirle, Siempre tan dispuesto a mí.

Lo imagino cálido, con una sonrisa tranquila.

Tengo la oportunidad de hacerle una pregunta, sólo una, Así qué debo elegir bien…

¿Qué le dirías tú? ¿Qué le Preguntarías?

Yo me tiraría a sus pies, los abrazaría, pondría mi cabeza en sus rodillas y lo adoraría, le diría cuanto agradezco por el amor gratuito que he recibido toda mi vida, su amor incondicional aunque no soy merecedora de él, le diría que lo amo, que es mi refugio, mi amor y mi rey… le diría gracias lentamente para hacerle honor a todo lo que veo y que aún sin ver me da.

Le pediría perdón desgarradoramente por cada vez que lo he vuelto a crucificar por mis pecados, por esos días que aún recibiendo todo de su parte lo he ignorado, por las veces que he sido tibia y no he tenido disciplina para amarlo, entregarle mi vida y servirle.

Antes de que se me acabe el tiempo… lo miraría humildemente y le preguntaría ¿señor mío, que puedo hacer para agradarte, a qué tengo que morir para no crucificarte de nuevo con mis pecados y mi indiferencia? ¿Como puedo servirte?

Y no mi Dios, no es solo una pregunta, pero quiero ser arcilla en tus manos y si esta es mi oportunidad antes de dejar de verte, déjame decirte que por siempre quiero sentirte, amarte, escucharte y servirte