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Marcela Urrea
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Letras Para el Alma

Una carta de amor para este día del año

 

Gracias 2021 por haberme retado de tantas maneras, las heridas que abriste en mí dejaron cicatrices que son testimonio del crecimiento que he tenido y de que pude sobreponerme a ellas.

Fuiste generoso, me diste también momentos memorables y muy felices que me llenaron de recuerdos que alimentan mi alma y me llenan de amor.

Me despido de ti llena de gratitud, de amor, de aprendizaje y aquello que me entregaste como herramienta, lo tomo para edificar un 2022 mejor equipada mental, espiritual y emocionalmente.

Este año sin saberlo tuve la misión de encontrar el equilibrio, entre lo que gané y perdí, entre lo que le hice duelo y a lo que le di la bienvenida, entre lo que pude crear y aquello que no fluyó más…

Bendito año que doblegó el
Orgullo, que sometió al ego, que nos enseñó que nuestros planes son nulos cuando Dios habla claro y es contundente , benditos lecciones que aprendimos a regañadientes porque de ellas salieron mejores humanos, hubo evolución . Benditas las heridas que sanaron , las manos que acariciaron, las palabras que consolaron, las personas que permanecieron y aquellas que dejaron el camino para darle espacio a algo mejor.

Benditos los libros que leí, el conocimiento que adquirí, las recetas que preparé, el deporte que me libero. Bendito el café con mis amigas, escasos pero sanadores fueron bálsamo para la mente, bendita Belén que vino a elegir mi vientre entre tanto que tenía para aterrizar y que viene a redimir tantas cosas en el momento perfecto.

Me perdono por las veces que no fui compasiva conmigo misma, por aquellos días en que me
Juzgue demasiado fuerte y sentí la
Responsabilidad de ser perfecta e invencible sin entender que amar mi humanidad es reconocerme a veces débil y permitir que un abrazo me sane.

Perdono a quienes me hirieron, intencionalmente o sin intención. Sin que me lo pidan, los Liberó, me libero y suelto para asegurarme que la vasija de mi alma esté llena de lo correcto.

Extiendo mis brazos, abro mis manos y le doy la bienvenida a todo, todo lo que Dios tenga dispuesto para mi en las horas, los días y los meses que queden por delante. Ofrezco mi determinación, coraje y amor para que cada sueño que ponga en mi mente, mi voluntad lo lleve a la realidad y para que tenga para darle al mundo MUCHO más de lo que yo desee recibir….