De ti que me aleje; quiero decirte esto…
Me aleje de alguien que he amado mucho durante años; no porque mi amor terminara, no porque mis oraciones por ella se agotaran, no porque no pudiera perdonar sus errores, no porque mi mente la juzgara de algún modo, no porque no reconociera sus virtudes o haya decidido magnificar sus defectos… lo hice por amor a mi.
Tuve que dar tres pasos lejos de su lado, deseando que su vida se llene de luz y que su conciencia sea una conciencia naciente, que su alma sea nueva, reluciente y en paz. Lo hice porque su camino iba en contra vía de mis convicciones, porque las heridas que me abría ya me dolían más que perderla y porque seguir a su lado terminaría distorsionando mi sentimiento hacia ella… lo hice por mi serenidad después, aunque perderla ahora me partiera el corazón.
¿Alguna vez les ha pasado eso? ¿Alguna vez han sentido que alejarse de alguien les va a dejar un vacío enorme y al mismo tiempo una paz infinita?
A ti que te dejé, quiero decirte que te dejo en amor, hacia a mi y hacia a ti… que espero que haya aprendizaje en mi ausencia, que tú alma no duela, que los cuestionamientos no te lastimen y que los espacios que quedan vacíos por mi ausencia sean maestros para ti. Me llevo de ti lo mejor, lo bueno, lo sano, lo aprendido, lo edificante… te dejo de mi un verdadero amor, gratitud y oraciones inmensas por tu bienestar y la certeza de que mientras estuve a tu lado exprimí mi alma para darte todo y más.
A mi, que me quedo, extrañándote y acariciando tu vacío , me digo que un acto de amor hacia mi es no conservar aquello que me lastima, que ya me hiere más de lo que me nutre y que el ciclo y el valor que tenía para darme tu existencia ya expiró…
Te despido cómo se despide el día del sol… valorando su calor y su luz pero sabiendo que su hora… ya termino.